Búsqueda, 7(24):e489; Enero-Junio, 2020. e-ISSN 2500-5766 DOI: 10.21892/01239813.489

Artículo de Investigación

Representaciones Sociales de Adolescentes pertenecientes a las Barras Futbolísticas de Tunja hacia su Colectividad

Social Representations of Adolescents that belong to the Soccer Bars of Tunja towards their Collectivity

 

María-Tatiana Suárez-Sierraa

aFundación Universitaria Juan de Castellanos, programa de Trabajo Social. Tunja, Colombia. Tatianasuarez99@outlook.com

 

Recibido: 07-02-2020; Aceptado: 24-04-2020

Como citar (APA)
Suárez-Sierra, M.T. (2020). Representaciones sociales de adolescentes pertenecientes a las barras futbolísticas de Tunja hacia su colectividad. Búsqueda, v. 7, n. 24, e489. https://doi.org/10.21892/01239813.489

 


RESUMEN

El presente artículo de investigación surge de la pesquisa denominada “Representaciones Sociales de Adolescentes pertenecientes a las Barras Futbolísticas de Tunja hacia su Colectividad”, cuyo objetivo es determinar las representaciones sociales que tienen estos sujetos frente a sus hinchadas. La metodología es de corte cualitativo, el cual se fundamenta por el enfoque histórico-hermenéutico y por los estudios cualitativos de caso. La muestra para el presente estudio estuvo compuesta por 15 adolescentes de los 11 a 18 años, vinculados a las hinchadas de Aguante Sur Patriotas, La Mancha Ajedrezada, Desquicio Millonario, Los del Sur, Barón Rojo Sur, Pasión Escarlata y Artillería Verde Sur. La estrategia de recolección de información se basó en la aplicación de entrevistas semiestructuradas. El análisis de resultados se realizó desde el sistema categorial, el cual permitió ver que las creencias de los jóvenes hacia las agrupaciones se fortalecen mediante experiencias y procesos de socialización, que conllevan al establecimiento de axiomas y propósitos que contribuyen al fortalecimiento de la identidad, a nivel individual y grupal, mediante el uso de elementos simbólicos que, en algunos casos, son factores que potencializan beneficios en los sujetos y en otros son un medio que generan dificultades psicosociales que alteran el ciclo vital del adolescente.

Palabras clave: Representaciones sociales; Barras de fútbol; Adolescencia; Fútbol; Identidad; Barras bravas; Hinchas; Hinchadas de fútbol; Agrupación; Dinámicas intergrupales; Dinámicas intragrupales; Colectividad; Organización

ABSTRACT

This research article arises from the research called “Social Representations of Adolescents that belong to the Soccer Bars in Tunja towards their Collectivity”, whose objective is to determine the social representations that these subjects have in front of their fans. The methodology is qualitative, which is based on the historical-hermeneutical approach and by qualitative case studies. The sample for the present study was made up of 15 adolescents from 11 to 18 years of age, linked to the fans of Aguante Sur Patriotas, La Mancha Ajedrezada, Desquicio Millonario, Los del Sur, Barón Rojo Sur, Scarlet Passion and Artillery Verde Sur. The information collection strategy was based on the application of semi-structured interviews. The analysis of results was carried out from the categorial system, which allowed us to see that the beliefs of young people towards the groups are strengthened through experiences and socialization processes, which lead to the establishment of axioms and purposes that contribute to the strengthening of identity, through individual and group level, through the use of symbolic elements that, in some cases, are factors that potentiate benefits in the subjects and in others are a means that generate psychosocial difficulties that alter the adolescent’s life cycle.

Keywords: Social representations; Soccer bars; Adolescence; Soccer; Identity; Brave bars; Fans football fans; Group; Intergroup dynamics; Intragroup dynamics; Community; Organization

 

INTRODUCCIÓN

Una barra de fútbol se ha catalogado como una agrupación de hinchas que tiene un “orden social complejo, difícil de aprehender en términos concluyentes, por la dinámica de los segmentos y los actores sociales que la componen” (Moreira, 2007, p. 4), en las cuales se da lugar a procesos identitarios y de reconocimiento, a partir de celebraciones festivas y carnavaleras que les sirve como elementos de visibilización ciudadana y social (Pardey, Galeano & Blanco, 2001), puesto que al ser un grupo organizado de jóvenes fanáticos de los 14 a 26 años, de diferentes etnias, estratos socioeconómicos, edades, ideologías y costumbres, cuentan con actividades que tienen el fin de alentar y proporcionar apoyo a su equipo de fútbol, que son denominados como dinámicas características de estos grupos juveniles.

Además, esta colectividad de barristas se caracteriza por su territorialidad, pertenencia, identidad y representaciones sociales que han surgido, tanto a nivel individual como familiar y social, las cuales son determinantes de la pertenencia de los jóvenes en las barras de fútbol, debido a que esta puede ser una red de apoyo y generar habilidades sociales y artísticas. Del mismo modo, estos grupos pueden favorecer un desequilibrio en el joven, el cual influye a nivel social las esferas educativas, económicas, sociopolíticas, culturales, ambientales y deportivas, destacándose así problemáticas como el consumo de spa, deserción escolar, embarazos a temprana edad, violencia, falta de oportunidades y desigualdades sociales.

Los primeros grupos de barras futbolísticas se desarrollaron en Inglaterra en el siglo XX, donde fueron denominados “Hooligans”. En este contexto, la agrupación se ha caracterizado por sus ritos, música, pensamientos, vestimenta y formas de violencia que practican dentro y fuera de los estadios; asimismo, por la organización y dinámicas intergrupales, entre ellas se resalta el liderazgo y cohesión. Este tipo de prácticas, más que todo simbólicas, identitarias y comportamentales, se han venido adoptando en diferentes países latinoamericanos, con mayor frecuencia en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, México y Perú.

De acuerdo con los porcentajes de participación en estos grupos, Arboccó & O´Brien determinan que en Colombia “el 45% de los pertenecientes a las barras de fútbol son menores de edad” (2013, p. 157), lo cual evidencia que la adolescencia es una etapa del ciclo vital humano en donde el joven debe pasar por diferentes procesos de adaptación, en los cuales se enfrenta a un alto grado de influencia a las dinámicas y necesidades que inciden en su calidad de vida, que está condicionada por las actividades que realiza y por su búsqueda de un grupo fuera de la familia, para así sentirse identificado y pueda desarrollar diferentes habilidades que están establecidas por las representaciones sociales que tengan o construyan hacia estas, aun así visibilizando los diferentes factores de riesgo a los que se tienen que enfrentar al momento de alentar un equipo y al ser parte de este colectivo.

Mediante el estudio realizado por Villanueva & Amaya (2010) se determina que en Colombia existen más de 50.000 adolescentes y jóvenes pertenecientes a las 25 barras existentes, los cuales se han multiplicado en los últimos diez años, lo que ha generado que las expectativas y representaciones sociales de los jóvenes hacia las barras crezca, puesto que la hinchada es reconocida por esta población como un medio que satisface las necesidades materiales e inmateriales, ya que les ofrece a nivel personal tranquilidad, respaldo, apoyo e identidad a cambio de portar una camisa, hacerla respetar y desarrollar las diferentes actividades de reconocimiento que pueden llegar atentar su calidad de vida, teniendo en cuenta las diferentes problemáticas que están inmersas en este colectivo.

Los adolescentes de la ciudad de Tunja también hacen parte de este fenómeno social y cuentan con las representaciones que este implica, tanto para el joven como para el contexto, puesto que el Departamento sostiene dos equipos profesionales (Boyacá Chicó y Patriotas F.C), los cuales tienen sus respectivas barras, La mancha ajedrezada y Aguante Sur Patriotas. Del mismo modo, tiene subgrupos de barras futbolísticas de diferentes equipos como lo son Desquicio Millonario, Barón Rojo Sur, Los del Sur, Pasión Escarlata Tunja y Artillería Verde Sur, en las cuales pertenecen aproximadamente 500 jóvenes (Informante clave, 2019).

Igualmente, Tunja, como ciudad universitaria, cuenta con población de adolescentes (de diferentes procedencias) que pueden llegar a pertenecer a estas diferentes hinchadas, debido, entre otras cosas, a que se desarrollan problemáticas en el medio como violencia intrafamiliar, bullying, falta de atención de los padres, inadecuado aprovechamiento del tiempo libre e insatisfacción de las necesidades a causa de los bajos recursos, las cuales influyen en que el joven busque apoyo y reforzar su identidad establecida por las representaciones sociales que tiene hacia las barras.

Debido al contexto, magnitud del fenómeno, inclusión y prácticas del adolescente surge el interés investigativo de determinar las representaciones sociales que tienen los adolescentes barristas de Tunja pertenecientes a las barras de fútbol Aguante Sur Patriotas, La Mancha Ajedrezada, Desquicio Millonario, Los del Sur, Barón Rojo Sur, Pasión escarlata Tunja y Artillería Verde Sur; del mismo modo, describir los significados e información, reconocer el campo de representación e identificar las actitudes de los sujetos vinculados a estos colectivos.

Surge el interés desde Trabajo Social porque, como disciplina y profesión, busca estudiar la realidad y necesidades sociales que influyen en que la población esté inmersa en diversas situaciones o problemáticas y que se enfrente a un marco de necesidades que influyen en su bienestar, como mecanismo de un desarrollo pleno frente los retos que la sociedad impone. De igual manera, desde el proceso investigativo se va a poder reconocer factores relevantes de este grupo poblacional que va a permitir establecer futuras intervenciones en los cuales los trabajadores sociales desarrollan su quehacer a nivel individual, grupal, familiar y comunitario, para así contribuir positivamente en los desequilibrios sociales de los sujetos, puesto que, como se ha visibilizado, el contexto es uno de los determinantes de estas dinámicas.

Para el análisis de este fenómeno social juvenil se estudió desde Trabajo Social la teoría de las representaciones sociales de Serge Moscovici, la cual permite visualizar a las barras de fútbol a partir de las actitudes, prácticas y experiencias, debido a que estas se ocupan de un saber que juega un papel crucial en cómo la gente piensa y organiza su vida cotidiana, debido a que incluye significados y creencias a nivel individual y grupal, que sirve para elaborar comportamientos y como puente comunicador entre individuos (Mora, 2002).

Teniendo en cuenta la concepción, las representaciones sociales están conformadas por una serie de elementos, que, según Moscovici (1979), hacen referencia a la comunicación, conocimiento y significados presentes en un contexto o agrupación. Por esto, resalta que la información hace referencia al entendimiento que tiene un colectivo sobre un fenómeno social, la cual contiene características estereotipadas que pueden variar según la cantidad y la calidad, la tradición y la cultura donde están inmersos, conduciendo a datos que facilitan que se forme la realidad de los individuos, pues está relacionado también con el conocimiento de un grupo frente a un objeto social.

Del mismo modo, “la información corresponde al cúmulo de contenidos y datos lingüísticos, socio-históricos que se adquieren como patrones culturales, por medio de los cuales se facilitan los procesos de interacción y diálogo en las culturas” (Gómez & Suárez, 2011, p. 6), siendo así este el medio en el que se crean, modifican o fortalecen las representaciones sociales de los adolescentes barristas dentro de su colectivo social, que cuenta con una serie de dinámicas que los caracterizan dentro del contexto. En el campo de representación, el contenido se establece de forma jerarquizada teniendo en cuenta el carácter y propiedades del grupo, donde la información puede ser cualitativa o imaginaria. Como lo considera Moscovici (1979), esta remite “a la idea de imagen, de modelo social, al contenido concreto y limitado de las proposiciones que se refieren a un aspecto preciso del objeto de representación” (p. 96), el cual está referido a los miembros de una agrupación y a los diferentes símbolos inmersos y característicos de cada colectivo social.

 

MÉTODO

Diseño de investigación. Esta investigación se abordó desde una visión cualitativa con un enfoque histórico-hermenéutico y el diseño de estudios cualitativos de casos, que tienen como propósito la construcción de conocimiento sobre la realidad social y su comprensión a nivel de creencias, sentimientos, perspectivas, contexto, símbolos, imaginarios, narrativas y vivencias, a partir de las condiciones particulares y la perspectiva de quienes la originan y la viven, tal como se puede referenciar a los adolescentes barristas junto con sus representaciones inmersas dentro y fuera de su colectivo.

Participantes. Para esta investigación, se contó con la participación de 15 adolescentes de los 11 a 18 años, vinculados a las barras futbolísticas de Tunja Aguante Sur Patriotas, La Mancha Ajedrezada, Desquicio Millonario, Los del Sur, Barón Rojo Sur, Pasión e Escarlata y Artillería Verde Sur. El muestreo de esta indagación se hizo por medio del criterio lógico.

Técnicas de recolección y análisis de datos. La recolección de información se realizó mediante la técnica de entrevista semiestructurada, que permitió dar respuesta a aquellas inquietudes que surgían en el desarrollo del diálogo. Para el análisis de los datos cualitativos se utilizó el sistema categorial, que permitió la construcción y validación de categorías para la estructuración del estudio (Sandoval, 1996).

Procedimiento.

Fase 1. Se realizó la revisión documental, en donde se exploraron antecedentes referentes a los adolescentes vinculados a las barras de fútbol, en los cuales se pudo evidenciar que existen pocas investigaciones sobre la temática. Por tal motivo, se aborda la temática de representaciones sociales en diferentes contextos e hinchadas latinoamericanas. Finalmente, se establecieron los quince participantes de la investigación de acuerdo a las características mencionadas anteriormente. A partir de esto, se les dio a conocer los objetivos y se diligenciaron los respectivos consentimientos informados.

Fase 2. Para la recolección de los datos se definió el instrumento, a partir de la técnica y la literatura revisada. Se construyó la entrevista semiestructurada que se elaboró a partir de los objetivos propuestos y de la revisión teórica de las categorías deductivas que se plantearon y que permitirían analizar de una manera precisa e integral la información; la entrevista se realizó en una sesión con una duración de sesenta minutos por cada participante.

Fase 3. Desarrollo de la entrevista semiestructurada. Se elaboró una guía previa de la técnica que permitió conducir la discusión, profundizar y ampliar los aspectos más relevantes sobre el tema.

Fase 4. Se realizó el análisis de los resultados obtenidos utilizando el sistema categorial o diseño sistemático propuesto por Sandoval (1996).

Inicialmente, se realizó la codificación descriptiva y el primer nivel de categorización, donde se reunieron las unidades hermenéuticas correspondientes a cada una de las categorías de análisis o deductivas, en que aparece un primer tipo de categorías descriptivas que emergen o surgen. En segundo lugar, se realizó la codificación axial o relacional: estas unidades hermenéuticas ya clasificadas, se subdividen internamente dentro de cada categoría deductiva, haciendo un proceso de conceptualización, vinculando las categorías a dos o más observaciones descriptivas entre sí; a partir de este nivel de categorización surgen las denominadas categorías inductivas, que vinculan entre sí dos o más categorías descriptivas o teóricas. Finalmente, se realizó la codificación selectiva y tercer nivel de categorización, en que se hace una depuración empírica y conceptual, que incluye la triangulación y feedback, que arrojó como resultado la identificación o el desarrollo de una o varias categorías núcleo, que articulan todo el sistema categorial construido a lo largo de la investigación.

Las categorías de análisis o deductivas adoptadas para esta investigación surgieron a partir de la revisión teórica, teniendo en cuenta los aportes de Moscovici (1979): a) Significados e Información: esta categoría representa los significados e información que posee el producto de la experiencia, entorno, formas de vida y sus estilos culturales e históricos de cada adolescente sobre su barra de fútbol; b) Campo de Representación: esta categoría representa el campo de representación que los adolescentes han creado antes, durante y después de vincularse a las barras de fútbol, teniendo en cuenta que estos conforman un conjunto de opiniones, imágenes, creencias, vivencias y valores que integran una representación social; c) Actitudes: esta categoría caracteriza las prácticas, prejuicios, saberes y experiencias en torno a la pertenencia de los adolescentes a las barras de fútbol, es decir, que esta se vincula a las dinámicas grupales desarrolladas por este grupo poblacional.

 

RESULTADOS

A través de los resultados obtenidos frente a las representaciones sociales que tienen los adolescentes pertenecientes a las barras futbolísticas de Tunja hacia su colectividad, se puede afirmar que los significados e información de los hinchas están relacionados con las experiencias previas sobre el barrismo, ya que este concepto radica desde sus primeros años de vida, teniendo en cuenta que estos sujetos desde la niñez han venido apoyando a su equipo futbolístico a través de los medios de comunicación, los cuales han sido una fuerte influencia en su ciclo vital y en el fortaleciendo de su identidad frente a la agrupación, puesto que este espacio televisivo da a conocer algunas de las dinámicas características de la colectividad.

Del mismo modo, se resalta que parte de los adolescentes no tenían conocimiento sobre el barrismo ni visitado un estadio, mientras que otros concebían a la barra de fútbol como un grupo de amistad o de pares que apoyaban a su equipo; también, lo catalogaban como un medio en el que una persona se debía comprometer sin importar aquellas consecuencias que las acciones grupales implicarían para su vida, debido a su desconocimiento frente aquellos factores de riesgo inmersos en la colectividad. Asimismo, se reconoce que las barras de fútbol eran vistas como pasatiempo y un espacio para experimentar.

De igual manera, se identifican una serie de axiomas de la barra de fútbol, en la que se resalta que este colectivo es un medio de acompañamiento con el que cuenta un equipo futbolístico, siendo este el espacio más representativo para los hinchas, debido a que en este contexto, durante noventa minutos, alientan a su equipo mediante ritos, cánticos y estrategias carnavaleras que les permiten proporcionar apoyo a su agrupación. Asimismo, las hinchadas son descritas como un grupo caracterizado por los disturbios, violencia, consumo de spa, y conflictos de interés causados por el uso de símbolos y signos que generan procesos de pertenencia e identidad.

También, se resalta que en las barras de fútbol existen unos signos característicos tales como los cánticos, principios, camisa, trapos, banderas, tiras, sentimientos, viajes e instrumentos musicales, siendo esta una de las representaciones carnavaleras que diferencian a los barristas con el otro público que acompaña a un equipo. Es importante destacar que este grupo poblacional resalta que todas las hinchadas comparten las mismas simbologías que construyen una identidad, pero lo que las diferencia son los colores.

Los intereses de los adolescentes en su vinculación a la barra de fútbol están determinados por el regionalismo y convicciones, el ver debutar por primera vez a su equipo futbolístico, el desconocimiento, la venganza, las dinámicas familiares, barriales y socioeconómicas, por la influencia de pares y la necesidad de experimentación y reconocimiento; es importante destacar que los sujetos entran hacer parte activa de la barra desde los diez o doce años.

Las dificultades psicosociales que mayor reconocimiento tienen en las barras de fútbol son el factor económico, consumo de sustancias psicoactivas, microtráfico, alcoholismo, embarazos a temprana edad, inseguridad, lucha de poder, falta de organización, liderazgo autoritario, conflicto de interés, uso de la violencia y hurto de signos y símbolos entre colectivos, siendo así esta una causal de disputas que integran el uso de armas corto punzantes y por ende homicidios.

Las características que más resaltan en el liderazgo autoritario son la imposición de leyes, normas y dinámicas de este sujeto a los miembros del colectivo, sin tener en cuenta la opinión o perspectiva de estos, es decir, que el sistema que se maneja en las agrupaciones es la de orden-obediencia, puesto que el líder es aquel que gestiona y toma las decisiones importantes de la hinchada, determinando, así, que las acciones desarrolladas por los hinchas son el reflejo de la persona que sostiene la dirección del colectivo.

Los propósitos y fines del barrismo están focalizados en acompañar y alentar al equipo en todos los estadios, generar y gestionar fondos para la compra de instrumentos, fortalecer la organización del colectivo, incentivar la cohesión, membresía, cultura de paz y barrismo social. Además, desmitificar las representaciones y creencias que la sociedad tiene frente al colectivo; a pesar de esto, algunos de los hinchas consideran que estas metas también se pueden focalizar en la violencia. Mientras que los aprendizajes hacen referencia al ajuste, adaptación y toma de decisiones que el adolescente puede tener en la barra de fútbol.

La barra, como forma de apoyo primario, ha sido una representación social que los adolescentes le han otorgado a la hinchada, ya que la consideran como una familia que requiere de dedicación, tiempo, apoyo, presupuesto y constancia; es, por esto, que este colectivo se convierte para los hinchas como en algo cotidiano, necesario y personal para equilibrar los subsistemas a los que se enfrenta diariamente. Asimismo, frente al machismo como medio de superioridad en las barras de fútbol, se resalta que en algunos colectivos las mujeres no pueden vincularse a la misma, lo que genera que en estos espacios se replique la exclusión y desigualdad del género femenino.

En los resultados relacionados con la categoría campo de representación que tienen los adolescentes barristas frente a la hinchada a la que pertenecen, se puede resaltar una serie de expectativas focalizadas en las acciones y perspectivas que tenía el sujeto antes de vincularse a las barras de fútbol, entre ellas la asistencia del sujeto a la institución educativa y la disposición para jugar fútbol en su contexto barrial. Además, se resalta que estos sujetos apoyaban a su equipo futbolístico de acuerdo con sus convicciones, pero no habían asistido a un estadio y desconocían aquellos factores inmersos en el colectivo, ya que su observación se focalizaba más en aquellas prácticas simbólicas de la agrupación.

Ante las creencias de los adolescentes frente al barrismo se identifica que, en algunos casos, se integran al colectivo sujetos que consideran que ser barrista es dar su vida en un tropel causado por llevar puesta una camisa del equipo al que alientan; esta perspectiva se vincula con la expectativa de superioridad, resistencia y respeto que el joven quiere tener por parte del colectivo. Mientras que otros hinchas establecen que pertenecer a la agrupación sin generar perjuicios es la mejor manera de festejar el fútbol. Además, en la categoría inductiva imitación entre barras de fútbol se deduce que los colectivos que están en su etapa de conformación tienden a copiar elementos, dinámicas e imaginarios de hinchadas reconocidas no solo del territorio colombiano, sino también de países latinoamericanos y europeos.

La visión de los barristas hace referencia a la búsqueda de membresía, cohesión, mayor dinamismo, organización, extensión y reconocimiento positivo en su colectivo. Además, que la agrupación apoye e incentive la vinculación de mujeres y fortalezca sus iniciativas de barrismo social, puesto que consideran que es necesario cambiar los imaginarios y creencias negativas que han surgido por parte de la comunidad hacia las barras de fútbol. A pesar de esto, algunos adolescentes resaltan que, en el futuro, los factores determinantes para su desvinculación son tener una estabilidad laboral y la conformación de su núcleo familiar, puesto que, en estos casos, prima la interacción paterno-filial.

Ante la categoría actitudes que han fortalecido las representaciones sociales de los adolescentes barristas frente a su hinchada, se determina que, dentro del colectivo, se generan procesos de crecimiento personal, debido a que inicialmente los barristas tenían la creencia que al pertenecer a una barra de fútbol y con las representaciones de la sociedad no se podían fortalecer sus conocimientos e ingresar a la educación superior. Además, los estigmas sociales que más les han otorgado a las barras de fútbol hacen referencia a la vestimenta, acciones individuales y colectivas, lo que ha generado que este grupo poblacional sea catalogado como drogadictos, perezosos, vagos, peligrosos, ladrones, vándalos, delincuentes, desadaptados y personas sin futuro; a pesar de esto, se ha identificado que los hinchas son conscientes que las acciones de algunos de sus pares han impulsado esta serie de estereotipos.

La percepción de la familia frente al barrismo se focaliza en que la vinculación del adolescente a las barras de fútbol es aceptada, pero no compartida, o, simplemente, este núcleo no genera ninguna intervención en la decisión de vinculación del sujeto; es por esto que, en muchos casos, estos sujetos son receptores de palabras despectivas provenientes de su familia nuclear y extensa; es importante señalar que, en estos casos, la figura familiar que más se visibiliza es la materna, debido a sus intervenciones, puesto que buscan que los adolescentes barristas cuenten con otro medio de socialización.

Frente al barrismo social se identifica que las barras de fútbol han venido desarrollando labores sociales que no solo integran a una hinchada, sino también a las diferentes colectivos y comunidades, las cuales se ven beneficiadas por las diferentes actividades que generan inclusión y reconocimiento de aquellos grupos poblacionales (niños, niñas, adultos mayores e inmigrantes). Asimismo, este implica que, desde las figuras de liderazgo de cada agrupación, se creen alianzas con redes de apoyo para que se siga impulsando el respeto a la diferencia.

Ante categoría barrista frente a las representaciones de la sociedad se establece que los adolescentes conciben que deben ser reconocidos como un grupo social que alienta a su equipo futbolístico y no por los denominativos negativos y discriminatorios que se han venido otorgando por ser parte de una barra de fútbol, ya que ser barrista no es ejercer la violencia a causa del color de una camiseta. Además, se identifica que las familias de los sujetos tienen una visión conservadora, a pesar de que, en algunos casos, les llama la atención aquellos símbolos y signos identitarios de las barras de fútbol.

 

DISCUSIÓN

De acuerdo con los significados e información que tienen los adolescentes vinculados a las barras de fútbol frente a su colectividad, se puede analizar, con relación a los resultados, que las experiencias previas que tienen los adolescentes sobre el barrismo poseen una fuerte influencia en el ciclo vital y fortalecimiento de identidad del sujeto, puesto que, en este caso, los medios de comunicación y grupo de pares son un determinante para que los colectivos sean considerados socialmente como una agrupación favorable o desfavorable; a partir de esto, se puede interpretar que la interacción del sujeto con sus subsistemas y dinámicas son un mecanismo que influye en el establecimiento y fortalecimiento de representaciones que responden a las expectativas de la vinculación del adolescente a la hinchada, ya que los significados se encuentran presentes en múltiples ambientes de la vida social y están ligados a las formas en la que los individuos reconocen y definen bienestar, relaciones, valores y organización (Yúnez, 2012).

Ahora bien, los signos y símbolos de las barras de fútbol hacen referencia a aquellos elementos representativos, como los cánticos, principios, trapos, banderas e instrumentos musicales; a partir de esto, se puede deducir que los adolescentes han venido implementando estrategias que visibilizan su quehacer simbólico diferenciador como hincha, lo que les ha generado representaciones de superioridad y procesos de fortalecimiento de la identidad, ya que en esta etapa del ciclo vital el individuo busca reconocimiento y las dinámicas de la agrupación cuentan con estos elementos, puesto que los sujetos son los creadores de los símbolos y signos, y, a su vez, los receptores de los imaginarios del contexto (Pérez, 2015).

Los intereses de los adolescentes, en su vinculación con la barra de fútbol, están determinados por el regionalismo, convicciones, desconocimiento, venganza, dinámicas familiares, barriales y socioeconómicas, influencia de pares y necesidad de experimentación y reconocimiento. A partir de esto, se puede interpretar que la vinculación de los jóvenes está impulsada por procesos adaptativos propios de su ciclo vital, en la que está inmersa el fortalecimiento de identidad, socialización, participación y satisfacción, ya que en esta etapa surgen necesidades focalizadas en la formación de relaciones afectivas y satisfactorias; la ampliación de amistades, experiencias e ideas; la aceptación, reconocimiento y estatus social (Rice, 2000).

Al inferir en las dificultades psicosociales dentro de la barra de fútbol, se identifica que en los colectivos existen una serie de dinámicas que influyen negativamente el bienestar de los adolescentes vinculados, en los que se resalta el factor económico, consumo de spa, microtráfico, embarazos a temprana edad, inseguridad, lucha de poder, liderazgo autoritario, conflicto de interés y uso de la violencia. A partir del reconocimiento de estos fenómenos, se puede interpretar que estos son el resultado de factores individuales, grupales, familiares, barriales y socioeconómicos, en los que se resalta la edad, los procesos de adaptación del ciclo vital, los mecanismos de resolución de conflictos, resiliencia, falta de oportunidades y exclusión; esto, teniendo en cuenta que este tipo de componentes son medios para que el joven fortalezca la representación, que los integrantes del colectivo se conciben a partir de la alteridad mediante el uso de los elementos y espacios de socialización que pueden impulsar efectos negativos en la calidad de vida del hincha (Miranda, Urrego y Vera, 2015).

En relación con las características del liderazgo autoritario, se resalta que este rol se reconoce por la imposición de leyes, normas y dinámicas hacia los miembros del colectivo, es decir, que el sistema que se maneja en las agrupaciones es la de orden-obediencia, puesto que el líder es aquel que gestiona y toma las decisiones del grupo; a partir de esto, se puede interpretar que las dinámicas intragrupales e intergrupales se han venido impulsando desde este rol que establece una serie de límites, reglas, roles y objetivos que direccionan a la hinchada en el mundo futbolístico, y que genera que el joven se adapte a aquellas directrices que implica la pertenencia en el colectivo, que garantiza la cobertura de sus necesidades como hinchas, a través de los medios económicos, materiales, asistencia, apoyo médico y jurídico (Preciado, 2018).

Ante los propósitos y fines del barrismo, se destaca que estos se focalizan en acompañar y alentar a su equipo, gestionar fondos para comprar instrumentos, fortalecer la organización y desmitificar las representaciones de la sociedad; a partir de lo anterior, se puede deducir que los objetivos de las hinchadas se focalizan más a nivel colectivo que individual, ya que estos incentivan la cohesión, membresía, cultura de paz y barrismo social, siendo así, estos, un medio que refuerza las dinámicas y relaciones intergrupales e intragrupales que permiten que estos sujetos reconozcan una realidad social y que quieran ser visibilizados por los demás, a partir de representaciones que se conciernen a partir de la manera en que los barristas capturan las experiencias, saberes, prácticas, conocimientos y características presentes (Villar, 2017).

En la categoría inductiva denominada barra como forma de apoyo primario se establece que los adolescentes consideran las barras de fútbol como una familia que requiere de dedicación, tiempo, constancia y disposición, por lo que se puede deducir que el colectivo es concebido como un medio de socialización que permite equilibrar las necesidades del sujeto y problemáticas inmersas en los subsistemas a los que se enfrenta, ya que la agrupación facilita que los jóvenes fortalezcan algunas de sus capacidades y habilidades, generando así que estos colectivos sean situados como un medio familiar y una forma cercana de apropiación de una serie de prácticas grupales, ya que cuando algo es relevante para el sujeto se dan procesos identitarios beneficiadores que requieren de objetivos claros y de referentes positivos, puesto que las barras de fútbol han tomado la representación de ser un estilo de vida al que se le presta la mayor atención posible, como una institución social de influencias (Yúnez, 2012).

En relación con la categoría inductiva denominada machismo como medio de superioridad en las barras de fútbol, se identifica que en algunos colectivos las mujeres no pueden vincularse a la misma, ya que muchas veces esto lo determinan las figuras de autoridad, lo que genera que un bajo porcentaje de mujeres lleguen a liderar una hinchada. A partir de esto, se puede interpretar que la representación frente a la vinculación de la mujer a las hinchadas se ha venido impulsando por los estereotipos patriarcales y machistas desarrollados en los subsistemas a los que se enfrenta el adolescente, generando así discriminación e inequidad de género en las dinámicas intragrupales, ya que en los colectivos se ha venido impulsando el imaginario de que las tribunas no son el lugar adecuado para una mujer (Conde & Rodríguez, 2002).

Frente al campo de representación que tienen los adolescentes barristas ante la hinchada a la que pertenecen, se puede establecer que las expectativas, antes de ser barristas, están influenciadas por los medios de comunicación, ya que este es el primer acercamiento que tiene el adolescente con los temas futbolísticos, lo que genera curiosidad, membresía y fortalecimiento de los procesos identitarios. De acuerdo con lo anterior, se puede deducir que, en este proceso de objetivación y anclaje de las representaciones sociales, el adolescente está inmerso en dinámicas que pueden ser un factor de riesgo o protector, teniendo en cuenta que en la adolescencia las influencias tienen mayor impacto en los procesos de socialización e identidad, puesto que, en este caso, la televisión es un ente transmisor de conocimientos, valores, modelos e informaciones que generan que los adolescentes reconozcan y aprehendan las realidades sociales de un contexto en específico como lo son las hinchadas (Yúnez, 2012).

Frente a la temática referente a la imitación entre barras de fútbol, se deduce que los colectivos que están en su etapa de conformación tienden a copiar elementos y dinámicas de hinchadas reconocidas a nivel nacional e internacional. A partir de esto, se deduce que, en esta fase de integración y fundamentación, el colectivo adopta estrategias que han sido históricas para las barras, lo que contribuye a que estos sean visibilizados, ya que en la adolescencia se busca reconocimiento y fortalecimiento de la identidad mediante procesos de aprendizaje social y de observación de experiencias (Yubero, 2005).

Ante las actitudes que han fortalecido las representaciones sociales de los adolescentes barristas frente a su hinchada, se puede determinar que el color de una camisa como medio de conflicto de interés, implicaba poner en riesgo el bienestar al momento de defender este elemento simbólico. Teniendo en cuenta este aspecto, se puede determinar que estas representaciones están influenciadas por la adolescencia, siendo esta una etapa donde los procesos de interacción prevalecen para el fortalecimiento de la identidad y perspectivas del sujeto, permitiendo así que la comunicación entre los miembros de una comunidad aporte un código para el intercambio social y otro para clasificar, de manera inequívoca, los distintos aspectos del mundo y de su historia (Moscovici, 1973).

En cuanto al barrismo social, se identifica que estos colectivos han venido desarrollando labores sociales que no sólo integran a una barra de fútbol, sino también a las diferentes hinchadas y comunidades, las cuales se ven beneficiadas por las diferentes actividades que generan inclusión y reconocimiento de aquellos grupos poblacionales que, en algún momento, se han visto invisibilizados o marginados. Frente a estos mecanismos implementados, se puede interpretar que son utilizados como un medio para el cumplimiento de las metas que impulsa la percepción positiva de la comunidad hacia las hinchadas; cabe resaltar que esto implica que, desde las figuras de liderazgo de cada barra de fútbol, se creen alianzas estratégicas que impulsen el respeto y tolerancia hacia aquellas diferencias presentes en cada una de las hinchadas, destacando que, actualmente, Colombia cuenta con el Estatuto del Aficionado al Fútbol, que establece derechos y deberes que buscan mejorar las dinámicas de las hinchadas dentro y fuera del estadio (Coldeportes, 2013).

De acuerdo con la categoría inductiva denominada barrista, frente a las representaciones de las instituciones sociales, se establece que los adolescentes conciben que deben ser reconocidos como un grupo social que alienta a su equipo futbolístico y no por los denominativos conservadores, negativos y discriminatorios que se han venido otorgando por ser parte de una barra de fútbol, ya que ser barrista no es ejercer la violencia, sino es un medio que genera procesos de identidad. A partir de esto, se puede inferir que estas visiones son un factor que incentiva la falta educación a nivel comunitario y social en los temas referidos a las barras futbolísticas, junto con sus dinámicas, roles, signos, símbolos, representaciones, beneficios y dificultades psicosociales presentes en las mismas. Además, se puede deducir que las creencias hacia las hinchadas pueden ser cambiantes, debido a que las representaciones no son las mismas, ya que a nivel individual existe una empatía en la que se comparten visiones de la realidad que nacieron de su particular posición como comunidad agrupada, vista como comunidad o como hinchada (Yúnez, 2012).

 

CONCLUSIONES

De acuerdo con la categoría denominada signos e información, se puede concluir que los adolescentes asocian estos elementos a partir de su inmersión en el contexto, ya que determinan que su vinculación a las barras de fútbol estuvo motivada por las experiencias previas e influencias sociales, en las que se destaca la familia, los pares, los medios masivos de comunicación y las dinámicas barriales y sociales. De igual manera, representan que ser barrista conlleva el establecimiento de axiomas y propósitos que contribuyen al fortalecimiento de la identidad, mediante el uso de signos y símbolos que en algunos casos son factores que potencializan beneficios en los sujetos y en otros son un medio que generan dificultades psicosociales. Asimismo, es relevante destacar que estas agrupaciones son concebidas como una forma de apoyo primario en la que existen elementos organizativos y percepciones que han impulsado al machismo como una forma de superioridad.

Además, se determina que los signos e información como representación social son el resultado de la interacción del sujeto con sus subsistemas junto con las dinámicas intragrupales e intergrupales de los colectivos, teniendo en cuenta que estas son un mecanismo que influye en el establecimiento y fortalecimiento de una serie de percepciones que generan superioridad y procesos de identidad en la adolescencia, que responden a las convicciones, expectativas y vivencias a la vinculación del hincha a la tribuna popular, que, entre otras cosas, está impulsada por los cánticos, principios, el nombre de la agrupación, los trapos y banderas, el uso de luces bengala, extintores e instrumentos musicales, que son estrategias que visibilizan su quehacer simbólico diferenciador. Los signos e información también se focalizan en aquellas dificultades psicosociales a las que se enfrentan los barritas, teniendo en cuenta que estas son el resultado de factores individuales, grupales, familiares y socioeconómicos.

Frente al campo de representación se puede destacar que los adolescentes barristas establecen una serie de percepciones a partir de su relacionamiento con los subsistemas que les influyen directa e indirectamente, puesto que el sujeto cuenta con una serie de expectativas positivas y negativas hacia los colectivos, en los que, mediante la vinculación, surgen una serie de creencias en las que se destaca el crecer como barrista mediante el uso de sus signos y símbolos, y la imitación entre colectivos, lo que conlleva a desarrollar dinámicas intergrupales e intragrupales y al fortalecimiento de la identidad a nivel individual y grupal. Y, también, a la realización de prácticas distintivas que hayan marcado la historia de estas hinchadas en el mundo futbolístico.

De igual manera, se puede concluir que la categoría está determinada por las percepciones del sujeto que son impulsadas por su historia de vida y por su interacción; esto debido a que, en la etapa de la adolescencia, este tipo de socialización genera cambios en las perspectivas y prácticas del adolescente, las cuales incentivan objetivos y proceso de fundamentación del colectivo mediante elementos de imitación de hinchadas y adopción de estrategias que visibilizan el aprendizaje social mediante la observación como medio propagador de conductas, culturas y objetivos que impulsan la membresía y cohesión en las barras de fútbol.

En la categoría denominada actitudes de los adolescentes barristas como representación social, se puede concluir que el color de la camisa es un símbolo que determina algunas de las prácticas entre barras debido a los conflictos de interés que responden al liderazgo autoritario ejercido en las hinchadas. De igual manera, las dinámicas grupales de estos colectivos se han visto influenciadas e impactadas por aquellos estigmas sociales y percepciones de las diferentes instituciones sociales en las que están inmersos, ya que estas han sido impulsadas por los medios de comunicación, que frecuentemente visibilizan aspectos negativos del barrismo, dejando a un lado aquellas acciones sociales que han hecho aportes a nivel comunitario.

De igual manera, se reconoce que las actitudes, como representación social, se establecen a partir de las dinámicas intergrupales e intragrupales, ciclo vital humano, concepciones e interacciones con el medio que pueden influir directa e indirectamente en las creencias del contexto social, las cuales se han venido fortaleciendo por los medios de comunicación. Asimismo, en esta categoría se resalta que el barrismo social en las barras de fútbol es un mecanismo que impulsa el cumplimiento de las metas y objetivos de la agrupación y, del mismo modo, esta intervención se ha venido catalogando como un medio que impulsa la percepción positiva de la comunidad hacia las hinchadas, cabe resaltar que esto implica que, desde las figuras de liderazgo de cada barra de fútbol, se creen alianzas estratégicas que impulsen el respeto y tolerancia hacia aquellas diferencias presentes en cada una de las hinchadas.

Conflicto de intereses

La autora declara no tener ningún conflicto de intereses.

 

REFERENCIAS

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